23 febrero, 2011

Defensor@s de la Audiencia


El regreso de Carmen Aristegui al Programa de la Primera Emisión de Noticias MVS es una luz de esperanza en el camino de la defensa de los derechos humanos y una batalla ganada en contra de aquellas personas que buscan por todos los medios que nuestro país no salga del oscurantismo y que siga rigiendo la censura.

Este es un claro ejemplo de la fuerza que puede tener la ciudadanía cuando levanta la voz, se organiza y ejecuta acciones colectivas, en torno a un objetivo común; sin embargo, si bien podemos estar contentos por esta victoria, de ninguna manera debemos estar satisfechos y quedarnos inmóviles, porque todavía falta mucho trecho que recorrer para lograr que en México se respete y garantice el derecho a la libertad de expresión, y en general, todos los derechos humanos.

El Relator Especial sobre la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión de la ONU, Frank La Rue, se pronunció en días pasados sobre este caso, recordando que “quienes ejercen una función pública tienen el deber de soportar un mayor nivel de crítica y cuestionamiento que el resto de la sociedad, porque han asumido voluntariamente responsabilidades de carácter público.”

Además, aprovecha para señalar lo expresado en su informe preliminar realizado a raíz de la visita oficial con la Relatora de la OEA, Catalina Botero,  en el mes de agosto del año pasado, respecto a que en México el vigor, la diversidad y el pluralismo en el debate democrático se encuentran seriamente limitados y que el Estado tiene la obligación de propiciar los cambios de fondo que requiere el ejercicio de la libertad de expresión.

El Relator reitera su recomendación al Estado mexicano de adoptar un marco normativo que brinde certeza jurídica, promueva la desconcentración de los medios de comunicación,  y contribuya a generar un espacio mediático plural y accesible a todos los sectores de la población, así como la necesidad de “crear un órgano público independiente del Gobierno que regule la radio y la televisión.

En el comunicado conjunto de Carmen Aristegui y MVS, informan que acordaron nombrar un Defensor del Radioescucha, el cual tendrá a su cargo la evaluación regular de los contenidos, con sustento en el Código de Ética. El comunicado es muy escueto respecto a las atribuciones y características de este Defensor, sin embargo, entenderíamos que su actuar debe fundamentarse en los más altos estándares internacionales de defensa de los derechos humanos, conjugando la libertad de informar y opinar, con el derecho de la audiencia a recibir información de calidad.

Si bien este Defensor no es un Ombudsman porque es nombrado por un particular y no por el Estado, el perfil y atribuciones pudieran ser similares, por lo cual, debe tener una amplia y reconocida trayectoria en materia de defensa de los derechos humanos, particularmente en materia de libertad de expresión e información.

Una relación virtuosa del Defensor con los radio escuchas implica establecer un compromiso claro para, no sólo recibir las quejas, sino propiciar la expresión de los diversos puntos de vista, bajo un marco de pluralidad, tolerancia, y no discriminación.

Las y los ciudadanos debemos seguir luchando por democratizar los medios de comunicación, convirtiéndonos en una audiencia participativa y crítica, que exija el intercambio abierto y sin censura de los puntos de vista que ofrece esta sociedad mexicana tan diversa.

Tal como lo establece la Carta Democrática Interamericana, “la democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad.”

Afortunadamente para nosotros, y en tanto no logremos este difícil objetivo, las y los ciudadanos contamos con las redes sociales, que se están convirtiendo en poderosísimas herramientas que están revolucionando la comunicación y permitiendo que la ciudadanía tenga por fin un espacio en el que pueda expresar libremente sus ideas y convocar a movilizaciones ciudadanas, con repercusiones tan formidables como lo sucedido recientemente en Túnez y Egipto.

Dicen los Principios de Chapultepec:

“La lucha por la libertad de expresión y de prensa, por cualquier medio, no es tarea de un día; es afán permanente.
Se trata de una causa esencial para la democracia y la civilización en nuestro hemisferio.
No sólo es baluarte y antídoto contra todo abuso de autoridad: es el aliento cívico de una sociedad.
Defenderla día a día es honrar a nuestra historia y dominar nuestro destino.”


09 febrero, 2011

México: el país más peligroso para el ejercicio del periodismo en la Américas (ONU, OEA)

Hace solo 6 meses, en agosto de 2010, que Catalina Botero y Frank La Rue, Relatores para la libertad de expresión de la OEA y la ONU respectivamente, visitaron México y señalaron públicamente su preocupación por los asesinatos de periodistas y otros gravísimos actos de violencia contra quienes difunden información, ideas y opiniones en nuestro país. Conforme a la información recibida por los Relatores (64 periodistas asesinados y 11 desaparecidos en los últimos diez años), en su informe preliminar señalaron que México es el país más peligroso para el ejercicio del periodismo en las Américas y que el vigor, la diversidad y el pluralismo en el debate democrático se encuentran seriamente limitados.
Conclusiones gravísimas que debieran sacudir a nuestro gobierno para adoptar medidas urgentes que respeten y garanticen la libertad de expresión; sin embargo, contrariamente el gobierno federal ha decidido emprender una ruta hacia el otro lado: la censura. Carmen Aristegui ya no estará en el noticiero de MVS por haber violado el código de ética de la empresa. No sabemos a qué se refiere, qué parte de qué código de ética violó, pero sabemos que está relacionado con el comentario de la periodista respecto de la manta presentada en el Congreso aludiendo a un presunto alcoholismo del Presidente Calderón. Como bien señaló Carmen, si fueran ciertos los rumores que cada vez son más frecuentes, es un tema delicado y es preciso saber si existe o no este problema, lo cual merecería una respuesta seria, clara y formal por parte de la propia Presidencia.
Algunos se preguntan si es un asunto de interés público los rumores de alcoholismo de Felipe Calderón. Creo que es obvio que este tema no estaría en la arena pública, ni nos importaría a las y los ciudadanos si se tratara de cualquier persona, pero en este caso, estamos hablando nada más y nada menos que del Presidente de México. Ese es por supuesto un tema que preocupa y sobre el cual tenemos el derecho de conocer la información. Con todo atino, Carmen mencionaba que en las democracias del mundo se piden estudios médicos para conocer la condición de los gobernantes debido a que están en una posición de altísima responsabilidad y tomando decisiones a nombre del interés general.
En lugar de informarnos, la respuesta es quitar a Carmen Aristegui del noticiero, contraviniendo las recomendaciones de los relatores de la libertad de expresión de los organismos internacionales de derechos humanos. La CIDH ha llamado reiteradamente a los Estados a no criminalizar el ejercicio de la libertad de expresión, especialmente respecto a asuntos de interés público.
La libertad de expresión no es una graciosa concesión del gobierno, sino un derecho humano. La Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la OEA establece que: “la libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho  fundamental e inalienable, inherente a todas las personas y un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática. … La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico, debe estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el derecho a la libertad de expresión”.
La buena noticia es que la sociedad civil mexicana está alerta y activa. Durante estos días se ha mantenido el tema en las redes sociales, que es casi el único espacio que nos queda para manifestar nuestras opiniones y organizarnos. Hay diversas propuestas como marchas, boicots, pronunciamientos, etc. que conjugadas demostrarán que hay voluntad y fuerza para luchar por el respeto y garantía de los derechos humanos.